Estos días leemos o escuchamos en los diferentes medios de comunicación a autónomos, hoteleros, sanitarios y otros tipos de colectivos con una única petición y es que el Gobierno les ayude, ante las consecuencias negativas que se están generando por la pandemia. Todas estas peticiones nos parecen lícitas ya que son grupos que están sufriendo y necesitan que el Estado les apoye ante esta situación.
Lo que hacen en la práctica estos colectivos es una actividad de lobby, puesto que pretenden que los gobernantes adopten una decisión favorable a sus intereses. ¿Qué quiero decir con esta introducción? Que los lobbies son unas organizaciones que tienen plena vigencia, actúan en la sociedad y es necesario que sean reconocidos para poder organizar mucho mejor las decisiones políticas y públicas. Es entendible que, si se incrementa la capacidad de influencia de los poderes públicos en la sociedad, las organizaciones que estructuran una sociedad cada vez más compleja, quieran participar en ese proceso de decisiones que les van a afectar.

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